martes, 20 de noviembre de 2012

Ya era hora de encontrar algo de belleza entre tanto recuerdo



Dime que te marchas, que no quieres volver a verme, que te arrepientes de haberme conocido, dime que nunca me has querido y será suficiente para que mañana no despierte. Luego déjame, enlazada entre mis dedos, una nota que solo ponga “No era más que una mentira, espérame allí donde estés que yo te buscaré”.
Vuelve a sonreírme de aquella peculiar manera que tanto me gustaba, entrecerrando tus castaños ojos, con un atisbo de color alegría en tus mejillas y mírame, podrás ver en mi rostro el mas sincero de los sentimientos, el sentimiento que deja la felicidad momentánea al ver que alguien es feliz y quiere compartirlo contigo.
Y entonces te vas y me quedo aquí sola, perdida en un sombrío bosque de ilusiones y sueños que poco a poco se nublarán por las sombras que dejan tus recuerdos, sombras oscuras, aparentemente dolorosas, pero que cuando consigues vencer el miedo y decides acercarte un poquito más te das cuenta de que se empieza a divisar un horizonte de momentos maravillosos plagados de alegrías y risas, momentos maravillosos junto a ti.

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