martes, 30 de diciembre de 2014

No siempre son tristes las despedidas.

Empezaría esta despedida con un "querido 2014" pero de querido no tiene nada. Y es que me has durado demasiado, compañero, y sé que los dos queremos perdernos de vista, al menos hasta dentro de un tiempo. El tiempo que tarde en olvidar lo malo, por imposible de olvidar que sean algunas cosas que me has dejado. De ahí que yo, con un par de días de antelación, ya me haya situado en Enero. Y no solo por olvidarte, sino también por acostumbrarme a todo lo que tu hermano mayor tiene preparado echarme encima. Porque en 2015 estoy más que segura que mi vida va a cambiar completamente, y ya te aviso, futuro compañero, que no me gustan los cambios, que no quiero perder a gente que en tan poco tiempo me ha dado tanto y que lucharé con la fuerza de mil dragones para quedarme a su lado, sin que importe la tierra que haya de por medio.
Creo que en este tipo de escrito es necesario hacer memoria y como mi meta es olvidar malos tragos, viendo que el alcohol en este caso no sirve, yo voy a brindar cada copa de mañana por las cosas buenas que más que dejar atrás me voy a llevar conmigo para siempre. Me llevo a personas que ya estaban a comienzo de año, y a personas, resaltando a una en concreto, que aunque se hayan subido al tren cuando este estaba ya en marcha estoy muy contenta de haberlos conocido, y espero poder seguir haciéndolo en los años que están por venir. Conmigo también me llevo momentos, muchas (muchísimas) películas, sueños, risas, grandes (y ojalá interminables) noches cargadas de ron, obras de teatro, fotos, canciones y un gran cumpleaños, de los que siempre se recuerdan.
Y es que ya es hora, 2014, de que me dejes avanzar, de que dejemos atrás todas nuestras discusiones, que ya quedó claro que las ibas a ganar tú todas cuando, en la mayor de ellas, te llevaste a mi abuelo como premio. Ya es momento de despedirnos, darnos la mano y sonreir porque ambos sabemos que no nos vamos a volver a ver. Recuérdame con cariño y endulza la sal que todas mis lágrimas te han dejado, que yo haré lo mismo con tus agrios momentos.
No puedo prometer, ni quiero, que no querré a otro como a ti, pero si que prometo que te escribiré algún año de estos contándote que superé todo y que me hiciste mejor persona, aunque todavía no lo pueda ver.

Un abrazo
Paula

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Haz de tus sonrisas palabras que puedan volver a ser sonrisas al ser leidas.